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En junio, la actividad económica global mostró un respiro tras la desaceleración de abril y mayo, causada por la incertidumbre arancelaria y geopolítica desde EE.UU. Durante el mes, los indicadores agregados repuntaron ligeramente, brindando alivio a los mercados y mejoras en estimaciones de crecimiento y utilidades.
Sin embargo, algunos datos aún son ambiguos y los riesgos persisten. El principal es el posible fin de la pausa arancelaria estadounidense, que afectaría a países sin acuerdos. El 9 de julio se definirá el nuevo esquema, aunque se espera una extensión. También preocupan las críticas de Trump al presidente del Fed y sus presiones para recortar tasas. El banco central ha reiterado su postura cautelosa, dependiente de datos, destacando un crecimiento “decente” y sin presiones inflacionarias por ahora.
Las tensiones geopolíticas siguen elevadas, aunque lo peor en Medio Oriente parece haber pasado.