La importancia del socio estratégico en la construcción de un futuro financiero

  • 12 Septiembre, 2025
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En México, la planeación de la jubilación se ha convertido en un reto ineludible tanto para las organizaciones como para sus colaboradores. Los cambios sociales, demográficos y económicos han transformado por completo los supuestos tradicionales sobre el retiro: lo que antes parecía predecible, hoy se encuentra marcado por la incertidumbre.

El aumento en la esperanza de vida, la cual el Consejo Nacional de Población (CONAPO) tiene estimado que para el 2025 sea de 84 años para la femenina y de 80 para la masculina, sumado a la transición en la estructura familiar y la volatilidad de los mercados financieros, han modificado la manera en que se concibe el ahorro para la vejez. A estos factores se suma el impacto de la inflación y de las tasas de interés, que inciden directamente en el poder adquisitivo de los ahorros acumulados. Este nuevo escenario, denominado “nueva longevidad”, plantea el desafío de que los adultos mayores no solo vivirán más tiempo, sino que requerirán mayores recursos para mantener su independencia financiera, acceder a servicios de salud de calidad y preservar su calidad de vida.

En lo social, la transformación de la composición familiar ha cambiado la noción tradicional de que el núcleo familiar será el sostén económico durante la vejez. Frente a este escenario, la planeación financiera cobra cada vez mayor importancia, en la medida en que impacta en la estabilidad de las organizaciones y de la sociedad en general. A esto se suma la Encuesta Nacional sobre Salud Financiera 2023 (ENSAFI) que presentó el nivel de estrés financiero que tiene la población, el cual en el país alcanza un 37% (nivel alto).

Ante esta realidad, el rol de los asesores de inversiones adquiere una dimensión estratégica. Más allá de la gestión de patrimonios, estos profesionales traducen la complejidad de los sistemas de pensiones y de los mercados financieros en estrategias claras, realistas y alcanzables. Su acompañamiento permite identificar objetivos de ahorro, estimar los ingresos necesarios para el retiro y seleccionar los instrumentos más adecuados, ya sea a través de planes personales para el retiro, fondos de inversión o esquemas privados complementarios como los Planes de Pensiones Privados.

A ello se suma una función educativa indispensable. En un país con bajos niveles de educación financiera, los asesores se convierten en aliados clave al acercar a las personas el conocimiento necesario para comprender los instrumentos de inversión, las implicaciones fiscales y los beneficios de las alternativas privadas. De esta forma, empoderan a las personas para que tomen decisiones informadas y responsables sobre su futuro financiero.

En tiempos de incertidumbre social y económica, la asesoría personalizada ofrece además un valor intangible pero esencial: tranquilidad. Saber que existe un plan diseñado a partir de un diagnóstico profesional reduce la ansiedad y el estrés financiero que suelen acompañar la planeación del retiro.

En definitiva, la figura del asesor de inversiones ha evolucionado hacia un rol más amplio y consultivo.Combina la objetividad de los datos con la sensibilidad de entender las necesidades humanas detrás de cada número. En este equilibrio radica su verdadero valor: ser un socio estratégico en la construcción de un futuro financiero más estable y seguro para las personas y, en consecuencia, para las organizaciones y la sociedad en su conjunto.

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