Análisis de mercado

Modas

Publicado el 2 febrero 2022

A lo largo de la historia de la humanidad uno encuentra diversos referentes sobre movimientos extremadamente irracionales en los precios de distintos mercados que son alimentados por rumores, por distorsiones en los precios o manipulaciones de los mismos, por paradigmas que aparentan ser disruptivos, pero sobre todo por la ambición de las personas que sueñan con la generación de dinero fácil de la noche a la mañana y que ávidas de “ganarse la lotería” pierden de vista los riesgos en los que están incurriendo. En estos tiempos recientes lo anterior se ha exacerbado de forma considerable derivado de la cantidad de individuos que a través de las redes sociales anuncian con trompetas el tener recetas para la “eterna generación riqueza” de forma sencilla, fácil y sobre todo rápida.

 En los mercados financieros existen elementos clave para identificar la posible formación de una burbuja, sin embargo, es muy complicado identificar todas estas fases (Desplazamiento, Boom, Euforia, Obtención de utilidades y Pánico) a priori, pero se deben tener en todo momento presentes para evitar caer en la trampa de las modas financieras. No todas las modas o manías llegan a formar burbujas, pero todas las burbujas pasaron primero por ser moda y manía. El elemento más importante a considerar dentro de las burbujas financieras es la velocidad con la que los precios de la inversión en cuestión suban, lo cual evidentemente es señal inequívoca del apetito que existe entre los inversionistas por cierto tipo de inversión -la demanda le gana a la oferta-, sin pretender ser una regla, pero tradicionalmente subidas de precios de forma vertical no suelen terminar bien, pero vayamos a las fases de las burbujas.

Desplazamiento. Resulta de la llegada de un nuevo paradigma de inversión, de una nueva y gloriosa idea que pretende cambiar el rumbo de los negocios, de la humanidad, de algún sector de la economía o de algún grupo de personas. Generalmente son ideas atractivas que hacen sentido por la propuesta y lo que aspiran. Se instaura un nuevo paradigma.

Boom. El nuevo paradigma se socializa -o en términos más actuales, se viraliza-. Los precios de la inversión en cuestión comienzan a subir en primera instancia de forma paulatina, pero en la medida en la que el nuevo paradigma es incorporado en las narrativas de los medios, de inversionistas calificados como expertos y otros actores del mundo de las inversiones, el apetito se eleva y con ello empieza a acelerarse el alza en los precios El miedo a perderse lo que podría ser una oportunidad única en la vida estimula más la especulación, lo que atrae a un número cada vez mayor de inversionistas.

Euforia. En esta fase se ha perdido la racionalidad, se ha perdido la dimensión de los riesgos que se están asumiendo. No importa que tanto hayan subido los precios, pues se cree que siempre van a seguir subiendo y que en todo momento existirán compradores en caso de querer salir. Emergen “líderes de opinión” que sin ser expertos en la materia opinan e incitan al público en general a ser parte del nuevo paradigma “no te lo puedes perder” anuncian a los cuatro vientos. Aquí se da lo que se conoce como el “comportamiento de manada” todos siguen al líder sin reflexionar, cuestionar, investigar y sobre todo valorar la situación.

Obtención de utilidades. Lo que se conoce como dinero inteligente -aquellos mejor informados, aquellos que son especuladores profesionales, aquellos que saben ver las señales de advertencia- empieza la salida, aprovechan la euforia para vender posiciones y cobrar utilidades. No necesariamente este tipo de inversionistas se salen del mercado cuando los precios están en máximos, pero prefieren salir a tiempo a no poder salir o tener que salir cuando los precios caigan abruptamente. Muchas veces estos inversionistas hacen públicas sus salidas de cierto tipo de mercados o inversiones, pero los sesgos cognitivos -ideas arraigadas- impiden que los inversionistas primerizos o poco experimentados escuchen.

Pánico. Un solo evento, una declaración o un cambio en la regulación pueden generar la estampida, todos corren para salir por la misma puerta y en ausencia de compradores los precios colapsan. Los precios caen tan rápido como habían subido. Una vez que la burbuja ha sido pinchada prácticamente nada puede inflarla de nuevo, pues seguramente un nuevo paradigma habrá llegado y con ello el ciclo vuelve a comenzar.

Cuando se trata de inversiones patrimoniales se debe evitar a toda costa caer en la trampa de las recetas, las fórmulas y los modelos que se anuncian como infalibles y como mecanismos para hacer crecer el patrimonio de forma casi inmediata. Los mercados son complejos, el dinero gratis no existe, pero lo que si genera riqueza en el tiempo es la disciplina, la prudencia y por encima de todo la paciencia. A nivel internacional está demostrado como cuando se cumple con los elementos anteriores es más fácil que se cumplan los objetivos financieros. Así que la próxima vez que piense en decisiones patrimoniales, piense en los expertos como nosotros y no en el “influencer” de moda, piense en el tiempo que le ha llevado construir su patrimonio para ponerlo en una sola idea.

 

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